domingo, 24 de mayo de 2009

Deliver Us From Evil (Líbranos Del Mal)


Es un documental (nominado al Oscar) dirigido por Amy Berg que contiene el primer relato ante las cámaras de un sacerdote pederasta dispuesto a contar lo que hizo, cómo lo hizo y por qué lo hizo.

El cura Oliver O'Grady era tan cortés en sus modales y tan tierno con los niños que los feligreses de su parroquia se disputaban su afecto. Le invitaban a cenar y a dormir en sus casas, convencidos de que tener un sacerdote en casa era una bendición divina. Por la noche, cuando todos dormían, O'Grady entraba en las habitaciones de los niños. Violó y sodomizó a cientos de ellos, niños y niñas, incluido un bebé de nueve meses. Algunos de esos niños, ahora con 30 o 40 años cumplidos, intercalan su recuerdo en el relato del sacerdote. El aspecto entrañable del ex sacerdote refuerza intensamente el contraste entre el tono de su testimonio y el de sus víctimas, que usan un lenguaje crudo para describir penetraciones anales y vaginales y evitar así que la expresión "abusos sexuales" quede en perífrasis.

El Documental contiene otro documento inédito: la grabación de las declaraciones judiciales no sólo de O'Grady, sino también de sus superiores eclesiásticos. La comparecencia de Roger Mahony, que como obispo de Stockton (California) trasladaba a O'Grady de parroquia cada vez que surgían denuncias de abusos a niños, demuestra una capacidad sorprendente para ocultar u olvidar los pecados propios. Que Mahony fuera después ascendido a arzobispo y más tarde a lo que es hoy, cardenal de Los Ángeles, permite que alguien en el documental se atreva a acusar a la Iglesia católica de comportarse "como la Mafia". Uno de los testimonios más impactantes es, sin embargo, no el de una víctima, sino el de su padre, que se maldice por haber abierto la puerta de su casa a un delincuente. Llora ante la cámara "por haberle entregado a mi hija Ann en bandeja"; O'Grady abusó de la niña desde los 5 a los 12 años. Su padre dice haber renunciado a su fe religiosa y haber ganado un sentimiento de culpa con el que vivirá el resto de su vida.

La directora del documental se esfuerza en demostrar que la maquinación para ocultar y hacer callar estas denuncias asciende a lo más alto del escalafón católico: fue el cardenal Ratzinger, antes de convertirse en Papa, el que modificó la doctrina canónica para entorpecer cualquier investigación sobre sacerdotes acusados de abusos. Y fue el cardenal Ratzinger, después de convertirse en Papa, el que pidió al presidente de Estados Unidos inmunidad legal frente a una demanda en Tejas que le acusa de conspirar para ocultar delitos de abusos a menores. Es significativo que formulase esa petición de inmunidad ante el Departamento de Estado porque como jefe de Estado su inmunidad es automática; claramente, los abogados del Papa querían estar seguros.

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